martes, 23 de enero de 2007

MI SEGUNDO ESFUERZO


¡PRINCESA!

Estoy hincado ante vos o hermosa señora dueña de mi corazón; es este mismo corazón que vosotros os haz despertaos, de las oscuras aguas de la decepción y la amargura.

Tu PRINCESA; me guiaste a conocer otra vez el camino de la felicidad, con tu barita mágica de la alegría. Que derribas a cuantos espectros y espinas amargas se encuentren en el sendero.

En compensación ante vos, soy tu fiel servidor, vasallo de tus caprichos y tus sueños.

Soy yo, soldado de tus sentimientos y de tu mente; guerrero que no le teme a enfrentar las adversidades de la vida y en luchar con cuanto demonio exista entregando hasta mi vida misma.

Así queda demostrado todo mi cariño y mi ser ante vosotros, mi PRINCESA dueña de mi sentir y señora de mi alma; os ruego que este sentimiento no lo extermines y no lo deseches en el hielo eterno del desamor y el olvido.